Menuda tortura que tiene Gustavo en su casa, y es que vive con unos auténticos gritones. Según él, dice que parecen unos violines, no paran… todo el día gritando, cualquiera que les vea se va a pensar que se llevan mal, pero es que ¡¡son así!!
"En mi familia se grita tanto que parecen unos violines"
Redacción Radiolé 19/12/2011, a las 08:38