Parece que si. Eso le pasa a Ana que lleva muchos años con su gallego y que es todo lo contrario a ella… mientras Ana es un manojo de nervios y no para, su marido es lento, tranquilo y vive sin estresarse… según ella hay “cosas” que no se las deja en casa porque las lleva pegadas al cuerpo…
Los polos opuestos… ¿se atraen??
Redacción Radiolé 14/05/2012, a las 12:33