María Encarna trabaja en la hostelería, y en uno de los restaurantes en los que trabajaba un día le mandaron al congelador a por un pez espada, con tan mala suerte que se le cerró la puerta. Estuvo 10 min pero la sensación era como si llevase allí toda la vida. No encontraba la luz, se le rompió la manilla para abrir la puerta, así que cogió un pollo y empezó a darle “ostias” a la puerta para que la sacasen de allí. Salió morada.
2012 13 JUN MARIA ENCARNACION_