Una tarde llaman a la puerta de tu casa y te dejan 10 pollos… ¿Con qué cara te quedas? Pues con la misma que se le quedó a la vecina de Luisa… Su hija, que es muy cachonda, llamó a la pollería y encargó que llevaran a la vecina diez pollos… La vecina no daba crédito… Escucha, escucha…