Así es nuestro Rafael, que siempre que hablamos con él es imposible no reírse a carcajadas. Y es que sus historias son únicas, como la de hoy, que nos ha contado como fue la pedida de mano que le hizo a su mujer… fue (literalmente) encima de una mierda, un sitio muy romántico ¿verdad? La pobre estuvo oliendo así todo el día… ¡¡qué mala suerte!!