Cuando MªJosé era joven estuvo trabajando en una platería de Córdoba, en la que con ella trabajaban 7 hombres, según ella, hechos y derechos, pero unos “cerdos” Siempre que iba al baño se dejaban la gotita en la taza del váter, y claro ella cuando se sentaba se mojaba entera. Y siempre les decía “sentaros en la taza que el que la tenga pequeña le irá bien, pero el que la tenga grande… se le ahogará”
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