En el anterior concurso del alégrate del Café Olé Mª Teresa estaba pendiente de si le llamábamos. Y uno de los días se metió a la ducha y empezó a sonar su móvil, le dijo a su marido que le llevase el móvil al baño, cuando vio que era un número extraño empezó a gritar: alégrate. Pues era su hijo, y se empezó a reír tanto que tuvo que colgar por que estaba en el trabajo. Al final resulto que le llamaba para preguntarle a que hora era el entierro del padre de una de sus compañeras de trabajo que resultó que también estaba con él cuando le llamo.