Desde que el padre de Araceli se puso malo, no se separa de su móvil, si no lo lleva en el bolsillo del pantalón se siente rara. Tiene móvil de tarjeta y va recargando de 10 en 10 euros, pero ella prefiere que le llamen, para no gastar. Para el trabajo lo necesita mucho ya que le llaman sus compañeros y su jefa, y se puede pasar horas y horas hablando.
¡¡Vivir con el móvil pegado a la oreja!!
Redacción Radiolé 02/05/2012, a las 09:57