Ese es el veredicto que le damos al marido de Vanesa que el pobre tiene que cargar con la culpa de los gases de su mujer… De hecho, la última vez que se comió un marrón como este fue hace muy poco, en un restaurante que a ella le dio por estornudar y ¡¡¡pluuuuuuuuuuuuffff!!! Y ella no se cortó un pelo y ¡hala! señaló a su marido del tirón!!!