María conoció la felicidad a los 52 años cuando, después de separarse de su marido y padre de sus hijos con el que tuvo una relación que iba más allá del respeto. Un pena que ese amante maravilloso y que consiguió ver las estrellas estuviese casado. Ahora lo tiene claro… si ella llega a saber «lo que es bueno» no hubiese aguantado tanto!