#NiñaPastori20años
Con 10 años, Camarón de la Isla la presenta en el Teatro Andalucía de Cádiz como uno de los futuros exponentes del flamenco
Ha publicado 10 discos de estudio superando los 2 millones de discos vendidos en todo el mundo
Posee Tres Grammy Latinos: Mejor Álbum flamenco en 2009 “Esperando verte” y 2011 “La orilla de mi pelo” y al mejor álbum de Folklore «Raíz» en 2014
Primera artista flamenca nominada a los Grammy Americanos con «Raíz» en 2014
Su actuación más multitudinaria fue en 2003 ante el Papa Juan Pablo II, más de 1 millón de personas se emocionaron con su interpretación del «Ave María»
Ha colaborado con artistas como Alejandro Sanz, Santana, Rubén Blades, Vicente Amigo, Juan Luis Guerra o Pancho Céspedes...
Texto de Luis Troquel
«Entre dos puertos» se editó en 1996, coincidiendo con el 20 aniversario se publicará una edición revisada con nueva portada y audio remasterizado
Fue un 23 de febrero. Como si de un golpe de estado se tratara, una voz irrumpía en la España de los 90. Tan espectacular fue aquel repentino éxito que entonces pocos hubieran predicho lo mucho que, disco a disco, Niña Pastori seguiría dando que hablar hasta el día de hoy. Se cumplen 20 años de un debut cuyo título no podía enmarcarla mejor: “Entre dos puertos”. El cante y la canción. La raíz y la flor. El flamenco y la música popular en el más amplio sentido del término. En realidad, Niña Pastori es un género en sí misma, una referencia que sigue generando incesante escuela.
Recuerdo cuando empezó a sonar por la radio. Muchos gitanos no podían creer que aquella voz no fuese de su sangre y, al mismo tiempo, despertó como muy pocos el interés de un público ajeno al flamenco. Respetada por propios y extraños desde el minuto cero. Aunque en realidad, aquella niña de la que todo el mundo de repente hablaba, recién llegada a los medios, llevaba mucho tiempo recorriendo los caminos del arte. Desde que tenía uso de razón iba con su madre, la cantaora Pastori de la Isla. Porque para más inri, provenía de San Fernando. Como Camarón, quien la presentó en Cádiz cuando solo tenía 12 años. Y todavía era menor de edad cuando Alejandro Sanz y Paco Ortega fueron a proponerle grabar en un viaje que les llevó varios días, parando por todas las ventas de los pueblos gaditanos.
Semanas antes de lanzarse aquel rutilante debut, uno tuvo ocasión de entrevistarla. Era una chiquilla que justo aquellos días estrenaba mayoría de edad. Puso en boca de todos vocablos calés como “camelar” o “akais”, convirtió en coloquial muletilla eso de “échame una mano prima” y letras por bulerías de aquellos primeros discos hoy forman parte del acervo cultural flamenco, se cantan en las fiestas y en los tablaos mezcladas con otras que llevan ahí toda la vida.
Pero si un disco marcaría un antes y un después sería el que titularía con su verdadero nombre de pila, “María”. Ella que había aprendido a cantar en familia acaba de encontrar a su media naranja: Julio Jiménez “Chaboli”. Juntos empezarían a componer y emprender una nueva vida. Casados tanto en la vida como en la música. Él produciría sus siguientes discos, entre ellos aquel “Joyas prestadas” que se anticipó a la moda de los discos de versiones que inmediatamente todo el mundo corrió a hacer. Y cuyo concepto revalida ahora en el nuevo “Ámame como soy”.
Veinte años no es nada, decía el viejo tango. Pero en su caso han dado para mucho, muchísimo. Con dos millones de discos vendidos y todo tipo de premios internacionales, su voz de cielo y arena nunca ha dejado de sonar flamenca. Con quejío. De impacto súbito a valor seguro donde los haya. De precoz cantaora a cantante de alma jonda. De niña a Pastori.