De apoteosis increíble hay que calificar el grandioso espectáculo ofrecido el sábado por Isabel Pantoja en el WiZinc Center de Madrid ante un auditorio que había agotado las localidades -más de 10.000 personas.
Apoteósica por la majestuosidad de la puesta en escena -noventa y tres músicos en el escenario, entre orquesta sinfónica, veinte voces a los coros, banda pop y cuadro flamenco-, por la suntuosidad del repertorio -25 canciones escogidas entre lo mejor de su cancionero de siempre, con especial hincapié en los temas de su última producción discográfica «Hasta que se apague el sol»-, por la impresionante personalidad escénica y su maravillosa voz, por ese saber hacer que solo está a disposición de unos pocos genios de la música como ella, por el sentimiento y la emoción de una artista en la cumbre que conecta con su público de forma única.
Una actuación, ésta de Madrid, que abre las primeras fechas de la gira «Hasta que se apague el sol» y que pasará por Barcelona, Sevilla, el Festival Internacional de Viña del Mar de Chile, Lima, Santiago de Chile, primera fecha de esta gira que ningún amante de la buena música debe perderse.
Abría la cantante el espectáculo con la canción Del olvido al no me acuerdo, tema del recientemente fallecido Juan Gabriel, autor y productor del disco, apareciendo sentada ante un fondo de rutilantes estrellas. «Sigo estando aquí, esperándote…». Esa sola aparición supuso el revuelo inusitado de cariño de un público ávido de Isabel, de su arte y su poderío. Se me olvidó otra vez levantó el telón dejando a la vista a la impresionante orquesta sinfónica. Continuó la artista por su viaje musical con una clásica canción de su repertorio, Hay días, para dar paso a otra gran canción nueva a ritmo de tango: Por la señal De la Cruz. Amor y desamor se cruzan en un repertorio al que la artista extrae todo el jugo, con una fuerza expresiva que la eleva a la cima de ese Olimpo de la canción en el que ella reina en soledad y por derecho. Buenos días tristeza estrechaba el abrazo de la artista con su público fiel de siempre por la línea de la sinceridad, la nostalgia y la dulce melancolía. Toda esa belleza explotaba con Luna, otra de las maravillosas composiciones del último disco, para deleite de un público entregado como pocas veces y que explotó en el éxtasis cuando comenzaron a sonar las primeras notas de Marinero de luces, otro guiño a un pasado que es presente de éxito, que enganchó en un medley de vieja composiciones: Era mi vida él, Ven a mi otra vez, Hoy quiero confesar... ¡Qué precioso ramillete de canciones! ¡Cuánto arte!.
Hasta su propio hijo, Kiko Rivera, ha querido compartir este vídeo que grabó desde la primera fila
Dímelo volvió a sacar esa garra que Isabel Pantoja maneja a la perfección en esta madurez profesional que disfruta en la actualidad. No discutamos la llevó por la senda del bolero a paso firme, mientras que con Muy enamorada Isabel hacía otro guiño al retrovisor y con Te lo pido por favor iba una entrañable y emocionante dedicatoria a su madre. No menor fue el reconocimiento a Juan Gabriel con Así fue, fruto de las primeras colaboraciones entre ambos artistas. Con Hasta que se apague el sol vino el recuerdo a los últimos tres recién llegados a su familia, preparando el camino a otro de los momentos de la noche, Se me enamora el alma, y al tema con el que concluyó la primera parte de las tres que componían el concierto: Hasta que no conocí.
A esta altura del recital, la emoción incontenible del respetable, entregado a todas y cada una de las canciones, solo era equiparable a la grandiosidad de la puesta en escena, sin duda alguna a la altura de las mejores producciones internacionales de música. Un espectáculo que merece la pena ver y disfrutar en cada ciudad que se ofrezca.
La segunda parte del espectáculo fue consagrada a la copla, género que Isabel domina mejor que nadie y para el que cambió el elegante vestido negro creado por el modisto Eduardo Ladrón de Guevara por la regia bata blanca de cola, obra del creador López de Santos. Antonio Vargas Heredia abría este segundo asalto del concierto, en una suerte de popurrí en el que venían incluidos en la primera tanda Te lo juro yo, A la lima y al limón yel pasodoble Francisco Alegre. Tornó entonces a sus 15 años, para volver a interpretar la canción que grabó con esos años: La niña y el marinero, Acto seguido, fundidos, un Ojos verdes de marca mayor, un Callejuela sin salida perfecto, un Miedo increíble y, de remate, un Somos como dos barquitos de antología. Este combinado daba pie a otra hermosa composición del maestro Solano que en la voz de Isabel Pantoja suena a gloria: Ten compasión de mí. Para concluir este segundo bloque, otra andanada de coplas clásica con Trece de mayo, Mi carcelera, No te mires en el río, Capote de grana y oro.
Llegaba el turno de otra etapa del concierto, la del flamenco, otra suerte que Isabel domina a la perfección. Acompañada de un cuadro flamenco y tras nuevo cambio de vestuario, la artista se arrancó con Los celos, de José Luis Perales, para concluir con una hermosa tanda de sevillanas que cantó y bailó con elegancia: Cuando paso por el puente, Algo se muere en el alma, Ese vestío que llevas y Que también es de Sevilla.
Para el broche de oro final dejó Isabel la interpretación junto al impresionante elenco de acompañamiento completo las piezas más festivas de su repertorio: El moreno, y la espectacular y latina Debo hacerlo.
Fue, sin lugar a dudas, el mejor final para una noche soñada -más de tres horas de concierto en el que la cantante demostró estar mejor de voz que nunca. Fue la primera de muchas noches de éxito apoteósico que esperan a la más grande, la única, la inigualable Isabel Pantoja. Una artista de ayer, de hoy y de siempre.
PRIMERAS FECHAS DE LA
GIRA HASTA QUE SE APAGUE EL SOL 2017
18/Feb/2017
Barcelona – Palau Sant Jordi
22/Feb/2017
Festival de Viña del Mar (Chile)
Viña del Mar – Quinta Vergara
01/Mar/2017
Lima (Perú) – Jockey Club del Perú
05/Mar/2017
Santiago de Chile (Chile) – Movistar Arena
24/Jun/2017
Sevilla (España) – La Cartuja