Los vecinos de Esther no le han puesto nada fácil su llegada a la comunidad. Desde que llegó otra cosa no pero se dedican a comer… montan barbacoas en la terraza y sardinadas en el garaje (precioso olor para los coches), eso si, de invitarla ni hablamos… la tienen olvidada… menos mal que ella tiene buena boca y mala lengua!!!