Tras una espera de más de tres años desde su último disco, Sin Compasión, este 2014 Pasión Vega regresa a lo más alto de nuestra música.
Pasión Vega está ultimando la grabación de lo que será su disco de consagración como la voz más importante de este país, con un homenaje a Carlos Cano bajo la producción musical de Fernando Velázquez.
Si quieres descubrir cómo se hizo Pasión por Cano, disfruta del making of
Pasión por Cano sale a la venta el 15 de Diciembre. Ese mismo día, Pasión Vega dará un concierto en el Teatro Real de Madrid
Carlos Cano combinaba dos características no siempre parejas: era popular y, a la par, profundo. Sus canciones recogían las ansias de la inmensa mayoría –pasiones humanas, querencias históricas, relatos costumbristas– y paralelamente sus hechuras, pensamientos y desarrollo artístico estaban llenos de compromiso, de hondura cultural y artística, de sentido denso de la vida.
Carlos fue una voz andaluza que atesoraba en sus registros toda la fantasía y misterio de una tierra como Granada, que como bien cantaba “tiene solo salida por las estrellas”; pero además de ese inequívoco aire introvertido del paraíso granadino, Carlos era un gaditano vocacional, un volcán atlántico amante de lo que el llamaba “paréntesis de Andalucía”.
En función de esos dos extremos, su obra iba de las Casidas a los Tanguillos, de algún bolero lento y melancólico a un pasodoble de alegría contagiosa y popularísima.
Hasta que descubrió la Copla y dedicó parte de sus últimos años a recuperar y asumir como suyas las coplas que él entendió más apropiadas a sus registros. Comprendió que ese género fascinante maltratado por la propaganda de algunos años era absolutamente digno, hermoso, representativo de los sentires más sinceros del pueblo al que siempre cantó, con lo que procedió a legitimarlo y hacerlo suyo.
Entre unas creaciones y otras, las de los años más reivindicativos de un poder andaluz a la altura de su dignidad histórica y la de aquellos dedicados a adaptar el cancionero popular a sus condiciones, Carlos destiló momentos cercanos a las mejores cumbres, íntimos, líricos, emotivos, todos ellos inolvidables para quienes le conocimos y le quisimos, sus amigos o sus seguidores. Ahora, tras casi quince años de ausencia, una artista de excepcional factura como Pasión Vega retoma aquél sendero que tanto transitó Carlos y hace que en él no cuaje la hierba, como en las Cinco Farolas.
Lo hace con la solvencia, soltura, intensidad dramática y exhibición de sensibilidad que le son propias, y hace que todos los conocedores de la obra de Carlos nos volvamos a emocionar años después, al cerciorarnos, una vez más, de que hay cosas que no morirán jamás