Hace un tiempo a Juan le toco viajar con un compañero suyo de trabajo que con el que nadie quería ir, ya que era muy raro y muy tiquismiquis. Se tuvieron que ir hasta Segovia, y al llegar allí se fueron directamente a un restaurante a comer. Pidieron sopa para comer y cuando se la dieron su compañero se encontró con un pelo. Empezó a gritar y a llamar al camarero para que se lo llevaran.
Le pusieron un segundo plato, y cual fue su sorpresa, que se encontró con una mosca en su plato, esto ya fue la gota que colmo el vaso, así que empezó a gritar de nuevo. Al final se fue sin pagar, y Juan tuvo que pagar su comida avergonzado de lo sucedido.