Una tarde subió a la montaña de en frente de su casa para hacer fotos.
De pronto llegaron un montón de chicos con coches y motos y aspecto de skin (rapados, con botas y sin camiseta) le rodearon y le dijeron que de allí no se iba hasta que ellos quisieran.
Rafael se metió en su coche y estuvo allí desde las once y media hasta las seis de la mañana, se puso radiolé, se comió un bocata e hizo pis en una lata porque le daba miedo salir.