Rafaela antes era la lechera de su pueblo, y vendía leche en su propia casa. Un día vino una vecina a comprarle leche, y se fueron al salón, donde Rafaela guardaba 5.000 pesetas que le había dado su hermana para pagar una cosa. La vecina que se dio cuenta le mando a Rafaela a que fuera a por más leche al patio. Cuando se fue la vecina de su casa se dio cuenta que le faltaba el dinero, y fue a decirle que se lo había robado, pero se lo negaba