Bebo Valdés

Pianista, director de orquesta, compositor y arreglista, Bebo Valdés es uno de los grandes nombres de la música cubana, una “figura central de la época de oro”, según Nat Chediak.

Bebo Valdés nació Quivicán (Cuba), el 9 de octubre de 1918. Comenzó como pianista en la orquesta de Julio Cueva en los años 40 mientras componía mambos y después pasó a Tropicana con la de Armando Romeu.

En 1952 y por encargo de Norman Granz, Bebo Valdés produjo la primera descarga de jazz cubano que se grabó en la isla. El jazz afrocubano estaba fuerte en Nueva York y Granz, importante productor, no perdía el tiempo.

Era aquel tiempo en el que Beny Moré cantaba en la orquesta dirigida por un Bebo Valdés que inventó la batanga que perdió el partido contra el mambo.

A comienzos de los años 60, aparece en México como director musical de Lucho Gatica, bolerista y estrella de la época. Después se fue de gira a Europa con los Havana Cuban Boys y... “Cuando Bebo decidió quedarse a vivir en Estocolmo con su recién fundada familia, su vida dio un giro de 180º”, escribe Fernando Trueba, responsable del renacimiento musical de Bebo. El cineasta dice que su primer contrato fue para tocar seis meses en un club del círculo polar ártico. Del trópico al polo.

Bebo Valdés pasó más de 30 años en el anonimato, hasta que en 1994 el saxofonista Paquito d’Rivera le ofreció volver a grabar. Bebo compuso el disco en tres días: Bebo Rides Again.

En diciembre de 1999, Fernando Trueba viajó a Estocolmo para convencer a Bebo de su participación en la película Calle 54. Fue el redescubrimiento de un Bebo Valdés semioculto, el comienzo de una segunda juventud artística. Tras la película, grabó “El arte del sabor” junto al bajo de Cachao y la percusión de Patato. Después llegó el álbum “Lágrimas Negras” con Diego El Cigala.

Dos años después de su publicación, “Lágrimas Negras” continúa en la lista de los discos más vendidos en España. El disco de Bebo & Cigala se convierte en un fenómeno extraordinario y su repercusión internacional ha sido aún más importante que sus ventas: más de 300.000 ejemplares en España. La relación de premios es también importante: cinco Premios Amigo, tres Premios de la Música, un Grammy Latino, un Ondas y el espaldarazo de The New York Times cuando eligió Lágrimas negras como mejor disco del año.

Y Bebo Valdés continuó con un disco a dúo con el violinista Federico Britos, con otro doble llamado “Bebo de Cuba” arreglado para big band, con su intervención fundamental en la película “El milagro de Candeal”

En abril de 2005 publica “Bebo”, un álbum solo de piano que el artista define “Bebo en estado puro”. Es un disco que bucea en la música cubana: cadencias como la contradanza y la criolla, el danzón y la habanera, el son y la danza, el bolero y el guaguancó cobran una nueva vida en las manos y en el corazón de Bebo Valdés